jueves, 5 de abril de 2007

FORMANDO EL CARÁCTER PARA LAS RESPONSABILIDADES DEL REINO

El carácter de un hombre que quiere emprender uno de los proyectos más grandes en la historia de la humanidad, no puede ser diferente al carácter del Señor Jesús.

"Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también
a que no recibáis en vano la gracia de Dios. Porque dice: En tiempo
aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí
ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación. No damos
a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea
vituperado."
II Co. 6:1-3 (RVR60)

Invariable, y consecuente en propósito por el Reino de Dios, entiende la visión a la que es llamado a dar testimonio.

"a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios." [1]

"Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían,  31 predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento"
[2]

La Identidad del Ministro: En la Gracia de Dios
Pablo, tenía mucho qué reprocharse para toda su vida, no sólo había perseguido y encarcelado a muchos cristianos sino que fue cómplice del asesinato a Esteban. Por ello, se aprecia como primer ingrediente de su carácter, la gracia de Dios. Esta es una constante en cada uno de sus cartas, en donde se puede comprobar que no sólo Dios lo había perdonado sino que él mismo ya lo había hecho. Como prueba de ello, su corazón expresa gratitud.
(Notemos que gracias es el plural de gracia, para denotar no una sino muchas).
Esta gracia depositada en el carácter del ministro, no era un atributo por sí mismo de Pablo, sino que es propiedad de Dios. La gracia de Dios nos da el triunfo para todo evento de la vida. Un hombre que no sabe dar gracias no ha comprobado la realidad del perdón.
En esto consiste la identidad: En saber ¿Quién es uno?. La identidad consiste en saber, el origen de nuestra esencia. Para Pablo y todo ministro del Señor nuestro origen esta definido por nuestra vida en CrIsto. Fuera de Cristo, o independientemente de éL, cualquier significado es efímero y hasta sólo de nivel fisiológico.
El origen determina el destino. Es decir, la identidad otorga propósito. Una vez definido quién realmente es Pablo, puede indicar con certeza para qué existe en la tierra. Esto es para propagar la fragancia de su conocimiento. Como vemos en el texto:

Demos gracias a Dios, que siempre nos hace triunfar en Cristo, y
por intermedio nuestro propaga en todas partes la fragancia de su
conocimiento.
II Co. 2:14.

[1]Reina Valera Revisada (1960). 1998.. (Hch 1.3). Miami: Sociedades Biblicas Unidas.
[2]Reina Valera Revisada (1960). 1998. (Hch 28.30-31). Miami: Sociedades Biblicas Unidas.

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