jueves, 28 de febrero de 2008

Se ha desplazado a la Biblia como la fuente de revelación de Dios.

Es común escuchar a través de los medios de comunicación, en los púlpitos, conferencias y reuniones cristianas, nuevos “vientos de revelación” atribuidos a una élite súper-espiritual que coloca su experiencia con Dios como la norma que debe seguir su congregación y toda la Iglesia.
El problema que se ha presentado es un énfasis exagerado en la doctrina de la unción exclusivista al estilo del Antiguo Testamento.
En el libro de Hechos, el mensaje del los apóstoles estaba imbuido de las citas de las Escrituras como cumplimiento de las buenas nuevas. En Hch. 17:11 los discípulos recibieron el mensaje con toda avidez y examinaban las Escrituras todos los días para ver si era verdad lo que se les anunciaba.
Vemos pues que la norma, el marco de referencia para las enseñanzas tenía que ser “medido” por las Escrituras.
Tristemente se ha creado una nueva doctrina de “temor al hombre”, donde el líder ejerce dominio dictatorial y tanta influencia sobre sus seguidores, que ellos no pueden ejecutar sus propias decisiones consultando al Señor, sino que primero tienen que llevar el "visto bueno" de su líder, cuya voz "equivale" a la guía infalible del Espíritu Santo.
La “sola Escritura” ha sido reemplazada por la “voz autorizada” de un hombre falible y tan humano como cualquier otro, que en lugar de dejar que los discípulos crezcan a la imagen de Cristo, hace que pierdan la capacidad de reflexionar y obedecer al Espíritu Santo que guía a toda la verdad revelada en la Biblia.
El desconocimiento de la Palabra de Dios es cada vez más evidente en ciertos sectores y nuevos movimientos religiosos que componen un rostro importante de nuestra Iglesia Latinoamericana, así mismo es común la proliferación de mensajes y literatura carentes de profundidad, dirigidos a los sentidos antes que a la conciencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quien no se alimente de la Palabra de Dios, se expone a ser llevado por todo viento de doctrina, la Palabra de Dios es la que nos da fe, vida, nos limpia, es la materia prima con la que el Espíritu Santo moldeará en nosotros al hombre o mujer según la voluntad del Señor. Una vez más, estamos ingresando a peligroso oscurantismo similar al de la edad media, solo que ahora no es porque se nos prohiba leer la Biblia sino porque ella compite con cuadros y discursos efectistas que el mismo diablo usa para petrificar al pueblo del Señor, pero ahora no volverán a levantarse nuevos Luteros estamos tan cerca al fin de los tiempos que luego de esto vendrá Cristo, luz y esperanza de su pueblo. "Escrito está", tendría que ser nuestra forma de hablar y no "fulano tuvo un sueño, o una revelación", Él nos anhela celosamente, no hay nada nuevo que nos puedan decir, todo ha sido revelado en su Palabra.