domingo, 23 de diciembre de 2007

RECUPEREMOS LA VERDADERA NAVIDAD.

Llegó en un pequeño lugar y no se hizo preparativo alguno para su llegada, ni siquiera fue acogido por unas cuantas personas, ni tampoco en comodidad alguna, no se hizo grandes anuncios de su llegada, la humanidad no se había percatado de su más grande y extraordinario acontecimiento, su salvador había llegado y solo entonces los más humildes fueron llamados a contemplarle, luego solo unos cuantos sabios que se esforzaron por encontrarle recibieron la revelación del lugar y de el tiempo de su llegada, ellos habían dedicado gran parte de su tiempo para encontrarle y le hallaron, se habían preparado ese momento por eso le llevaron presentes y entonces le adoraron.
Pero el sistema religioso de ese tiempo que decía ser su representante no le adoro a él ni tampoco pudo reconocerle pues no le conocía y más adelante le siguió rechazando con todas sus fuerzas, ese sistema religioso de aquel entonces estaba más interesado en preservarse a si mismo y hacer prevalecer sus normas y tradiciones sobre la gente, teniéndolos cautivos de sus mentes y corazones.
El mundo de entonces estaba regido por un imperio ajeno a Dios
en lo político, en lo económico y religioso, era entonces el reinado del hombre sobre el hombre.
El reino de los cielos estaba por instaurarse en la tierra, era una pequeña semilla en forma humana parecía débil e insignificante sin valor, que solo pudo ser acogido en un pequeño pesebre, sin el esplendor de un palacio, sin ejercito alguno en la tierra y que además sobre el pesaba el mandato de su exterminio, es así que el más bello regalo de Dios a la humanidad seria destruido y sustituido. La humanidad de ese tiempo no pudo conocer la navidad y lo que ella le significaba entonces.
Al hacer esta reflexión de tan trascendental acontecimiento de la navidad en el tiempo de su origen,
me parece que estoy en la reflexión de nuestra actualidad, viendo al bondadoso rey sustito de la navidad con barbas blancas y traje rojo como el personaje central de ella, rodeado de sus “angelicales” duendes (también impostores de los ángeles de Jesús) que en realidad solo viene a representar al imperio económico comercial como su mejor representante de marketing, figura “espiritual” que se constituye para opacar al verdadero Rey.
Recuperemos la verdadera Navidad y vayamos al encuentro de Jesús el verdadero Rey y anunciemos la llegada de su reino de paz, un reino presente que se prepara para el retorno de él, un pueblo que se renueva su espíritu y no en la práctica del mandato religioso del hombre sobre el hombre y que corresponde a la practica de un imperio contrario al reino de los cielos.
Recuperemos la verdera navidad.
Feliz Navidad

2 comentarios:

Jorge M. Chávez dijo...

Saludos Abraham y excelente comentario sobre la sustitución del rey Jesús por el vestido de rojo que entrega regalos a los niños.

El consumismo sigue distrayendo la verdadera fiesta que debemos celebrar, la realidad de Dios con nosotros, hoy y para siempre.

Un abrazo.

Matías Irarrázabal dijo...

http://asociaciondelbuenescribir.blogspot.com